Este es un postre sencillo, muy fácil y con unos ingredientes que todos tenemos en casa, así que no hay excusa, pues están de muerte.
Su sabor tiene un poco de torrijas, algo de leche frita y también me recuerda su textura a la quesada. La ventaja de estos pastelitos es que no llevan mucho tiempo, ya que no hay que freír, así que más fácil imposible.
Espero que os guste!!!
- 800 ml. leche
- 1 palo de canela en rama
- 1 sobre de azúcar vainillado
- La piel de 1 limón y de naranja (sin la parte blanca)
- 150 gr. de azúcar
- 2 huevos L
- 280 gr. de pan de molde
- Azúcar moreno
- Azúcar y canela en polvo
He utilizado un molde para magdalenas de 12
Preparación:
- Infusionamos la leche, para ello ponemos en un cazo la leche junto con la piel de limón, de naranja, el palo de canela, el azúcar avainillado y el azúcar normal . Llevamos a ebullición, retiramos y dejamos unos 10 minutos, tapado. Colamos la leche.
- Precalentamos el horno a 220º C. calor arriba y abajo.
- Una vez colada la leche, añadimos el pan de molde en trozos y los huevos, trituramos con un robot de cocina, hasta que quede una crema fina.
- Vertemos en el molde de las magdalenas (que son 12 moldes) hasta el borde; previamente engrasados con mantequilla, espolvoreamos por encima azúcar moreno y horneamos durante unos 18-20 minutos. Deben quedar blanditos por el centro.
- Dejamos templar, desmoldamos y rebozamos con la mezcla de azúcar
- y canela.
- También se les puede quemar con el soplete en el momento de servir.
Rico, rico!!!
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