Las tartas de queso son mi debilidad, para mí todas están buenas, sean de lo que sean.
Esta tarta de queso y leche condensada es cremosa y suave, una combinación perfecta. Es muy fácil, solo es batir todos los ingredientes con la batidora, verter en el molde y hornear.
En esta ocasión no le he puesto la base de galletas, pero eso es opcional, lo dejo un poco a vuestra elección.
Acompañamos con la mermelada, en mi caso de nectarina, es la que había en casa.
Espero que os guste!!!
- 7 huevos M
- 250 gr. de queso mascarpone
- 250 gr. queso crema tipo philadelphia
- 370 gr. de leche condensada (una lata pequeña)
- 200 ml. de nata para montar
He utilizado un molde desmoldable de 24 cm.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180ºC. calor arriba y abajo.
- Forramos el molde con papel de horno. Para que se acople bien, mojamos un poco el papel con agua y retiramos el exceso. De esta manera se vuelve mas manejable y se adhiere al molde. El resultado de la crema es liquido y de esta manera si el molde no es muy hermético no pierde.
- Ponemos en un bol los huevos, la leche condensada, la nata, el queso crema, el mascarpone y trituramos hasta tener una mezcla homogénea.
- Vertemos sobre el molde, antes lo paso por el colador por si ha quedado algún grumo.
- Horneamos durante unos 45-50 minutos, comprobarás que el centro de la misma aún tiembla pero no pasa nada, cuando enfríe estará en su punto. Dejamos enfriar dentro del horno, manteniendo la puerta ligeramente abierta.
- Sacamos y dejamos sobre una rejilla, una vez fría llevamos al frigorífico. Esta mejor de un día para otro.
- Desmoldamos y decoramos al gusto, en mi caso con mermelada de nectarina.
FUENTE: "atrapada en mi cocina"
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