Hoy toca helado pero en formato de tarta helada. Es una de esas recetas fáciles que siempre podemos tirar de ellas al estar congelada.
Es una autentica delicia y es perfecta para este verano.
Para la base:
- 200 gr. galletas digestive
- 90 gr. mantequilla fundida
- 250 gr. nata montar fría
- 450 gr. queso tipo philadelphia
- 400 gr. leche condensada
- 1 cta. vainilla en pasta
- 2 láminas gelatina neutra
- 250 gr. mermelada de fresa casera
- 2 cdas. de agua
Preparación:
Base:
- Preparamos el molde con papel de hornear previamente engrasado. Reservamos.
- Trituramos las galletas con un robot de cocina.
- Derretimos la mantequilla en el microondas durante unos segundos.
- Mezclamos bien y extendemos la mezcla por la base del molde presionando y alisando bien la superficie.
- Introducimos en el frigorífico durante 30 minutos.
- Batimos el queso crema un poco.
- Añadimos la leche condensada y la vainilla, mezclamos hasta que se integre bien.
- Montamos la nata que estará muy fría, hasta que haga picos suaves.
- Unimos la crema anterior a la nata montada con movimientos envolventes, hasta que no queden grumos.
- Sacamos el molde del frigorífico y vertemos nuestra mezcla, alisamos la superficie con una espátula.
- Metemos en al congelador un mínimo de 2 horas o mejor de un día para otro.
- Hidratamos las hojas de gelatina en agua fría durante 10 minutos.
- Calentamos la mermelada con las 2 cucharadas de agua, una vez caliente escurrimos la gelatina y la añadimos, mezclamos bien. Dejamos templar.
- Sacamos la tarta del congelador y vertemos por encima, repartimos bien con una cuchara y la volvemos a meter, un mínimo de 2 horas.
- Desmoldamos y adornamos al gusto. No olvidéis sacarla unos minutitos antes de servirla
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